martes, 26 de enero de 2010

La importancia de James Cameron

Acabo de salir del cine. Acabo de ver Avatar. En 3D. Y tenía muchas ganas de escribir este post con la experiencia bien fresca. Últimamente el blog se está poniendo muy cinéfilo. Demasiado cinéfilo si me preguntan. Pero prometo que voy a aflojar después de esto.
Esto no es una crítica del fin, sino más bien un alegato. Y es que la película es más que perfectible. El guión cae en reiteradas ocasiones en situaciones que bordan lo ridículo. El mensaje tiene onda, pero amaga constantemente en caer en el moralismo y el lugar común. La gran mayoría de los personajes son unidimensionales. Y todo esto es cierto, pero hay algo mucho más importante dentro de esta película y era en eso en lo que tenía ganas de hacer énfasis.

Yo, David Fernandez, mataría, pagaría lo que sea por tener ocho años nuevamente y poder ver nuevamente Avatar. Es una de esas películas de acción épicas definitivas que te marcan en un momento de la vida. Yo pasé varias veces por eso de muy joven. Lo hice con Terminator II, con la trilogía original de Star Wars (que tuve la suerte de ver en el cine en el 97 cuando fue reestrenada en salas), Indiana Jones, e incluso, un poco más grandecito, es cierto, con El Señor de los Anillos. Y es que todas fueron en su momento el máximo exponente en su género. Y es que de todas esas películas yo salí completamente fascinado y al mismo tiempo deseando con toda mi alma el formar parte de un universo así. Voy a dar un ejemplo que no conocen casi ni mis amigos. Luego de ver Star Wars episodio IV en un cine marplatense, estuve semanas jugando al Galaga imaginando que era Han Solo dándole masa a las fuerzas del imperio junto con mi leal Chewbacca.

"Seguí chupándola Palpatine"

Y es que mi amor por el cine hoy no sería el mismo si no fuera por el grado de inmersión que te provocaban esas películas. Salir de ver Terminator II y jugar con amigos a que uno era el T-800 y el otro el T-1000 en el patio e imaginar que nos cagabamos a tiros. O salir de ver La Comunidad del Anillo y quemarnos noches enteras jugando rol e intentando robarle el mithril a Bilbo Bolsón. Y es que como ya dije, Avatar tiene muchísimas fallas, pero son las mismas fallas que tienen todas esas otras películas. En El Señor de los Anillos, Gollum es el único personaje un poco profundo, y ni siquiera es gris, es bipolar. En Indiana Jones se utilizan a los nazis como carne de plomo por el mero hecho de que son de los pocos grupos de la historia a los que queda completamente bien masacrar sin explicaciones. El guión de Terminator apesta y en grande. Star Wars es buenos muy buenos contra malos muy malos... es un puto western samurai. Y mierda que es grosso.
30 pesos por ver Avatar en 3D. 30 pesos que fueron remunerados hasta el último puto centavo en algunas de las mejores escenas de acción jamás filmadas, en algunos de los escenarios más impactantes que haya visto, y, hay que decirlo, imágenes que te quedan grabadas en la retina como una secuencia interminable de obras de arte en tres dimensiones. Supongo que verla en 2d debe tener algo de onda, pero con los anteojitos se transforma en una experiencia de esas que recordás por mucho tiempo, y sobre las que, diez años después, comentás: "chabón, yo fui a ver Avatar al cine" mientras te golpeás el pecho. Es simplona? Si. Los diálogos son un tanto boloños?. Totalmente. No importa gente, esto es cine en estado puro y te recomiendo que vayas corriendo ya al cine porque no puedo dejar de imaginarme qué tan pedorro puede ser verla en un dvd en tu casa, aunque tengas un lcd de quichicientas pulgadas (?).





Articulo Completo

viernes, 15 de enero de 2010

El vendehumo de la semana


Esta vez le toca el turno a los muchachos del FBI estadounidense. Según parece, han hecho un estudio para intentar dilucidar como luciría el día de hoy el inefable Osama Bin Laden, quien para los yankis es como el sol al que le cantaba Marilina Ross, es decir, que siempre está (?). Y parece que los muchachos se fumaron el presupuesto o lo invirtieron en su totalidad en gatos o vaya a saberse qué, porque lo cierto es que el resultado de esta investigación es que el antes mencionado Osama hoy luciría como una mezcla entre el Negro Álvarez y el exelentísimo señor presidente de la hermana república paraguaya Fernando Lugo. A su vez, conociendo las capacidades de estos dos señores, en smokesellers nos preguntamos si no sería más peligroso el resultado de una fusión entre el Negro y el ex obispo guaraní que el del multimillonario terrorista árabe. C'mon, science, make my day...
Articulo Completo