Según dicen, uno de los momentos claves en la vida de un niño es su primer contacto con la muerte, el primer momento en que entra en su cabeza la noción de finitud de la vida humana, el hecho de que incluso él, en su juventud rebosante de potencialidades, tiene fecha de expiración. Momento en que entiende que, citando a Vox Dei, "todo concluye al fin, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina". Pero eso es un lugar común, y si hay algo que odiamos en este blog es a los lugares comunes. Y a Hernán Díaz. En fin, no nos vayamos de tema...
Eric Cantona, "The King", fue en mi niñéz el equivalente futbolístico a este contacto con la muerte. Recuerdo haberlo descubierto en algún momento cuando volvió de la suspensión por haberle propinado una coz que haría que el Sr Miyagui se meara encima a un hincha del Crystal Palace que había osado insultar a la madre del francés, en un arrebato de furia tanguera. Recuerdo una frase de mi viejo al pasar ("es el delantero con más huevos que vi en mi vida") y recuerdo especialmente algunos tacos en "Fútbol internacional" los sábados a la mañana/mediodía en TyC Sports...
Y sin embargo, lo que más me marcó del enorme Eric en su momento, fue tomar un Clarin deportivo de algún domingo del 97 y leer que se había retirado del fútbol luego de dar un discurso en un Old Trafford desbordante de gente y lágrimas. Recuerdo leer aquellas frases impresas ("Se acabó la pasión") y sentir que un ladrillazo de realidad me golpeaba en la nuca. Hasta ese momento tan solo existían los jugadores que había visto y de los que hablaba mi viejo, historia antigua (Garrincha, Kempes, Suñe, Bochini, Brindisi, Houseman...) y aquellos que escuchaba por radio o veía en Fútbol de Primera yo (Manteca Martínez, el Beto Mágico, Riquelme en el Sub 20 de Malasia, Giunta, el Turco Asad). Cantoná cambió todo eso. Fue la primera vez que pude decir que había admirado a un tipo que no jugaba más. Fue la priemra vez que entendí que hay un momento en que los jugadores dicen "basta", no porque no consigan más contratos, sino porque simplemente ya no sienten lo mismo. "Se acabó la pasión" dijo Cantoná, y yo, con escasos 9 años entendí que los procesos se acaban, que las parejas dejan de amarse, que aquellos que son buenos en algo, en algún momento dejan de serlo, que hay una subida y una bajada, que existen los puntos finales.
Recuerdo que ese mismo día abrí el FIFA 97 que tenía instalado en la PC, elegí para jugar el equipo Europa All Stars que había armado yo, y al armar la formación y leer el nombre del 7 del Manchester United en la lista de delanteros sentí que algo se quebraba adentro mío sin saber muy bien qué era.
2 comentarios:
Se notó el impacto que originó el Sr "Joga Bonito" (y se le cayó la cara cuando salió esa propaganda al aire), aquella bizarra noche en que la exitosa BESEDA fue creada, y uno de sus modelos de autos más famosos fue bautizado "Cantoná".
Era el deportivo, por supuesto, y hasta tenía su jingle publicitario "Uh, ah, Cantoná"
Jajaja pero "Todo concluye al fin, nada puede escapar...", y esos tiempos de nerdeadas nocturnas en la pensión ya no volverán. Aclaro que me refiero a la parte de "en la pensión", si no se me caería la cara a mí.
Que grande Cantona! Si por lo menos los pibes del futbol argentino (y sobretodo los que juegan en la Seleccion Mayor) tuvieran un cuarto de huevos de lo que tuvo este tipo... Seríamos campeones seguro!
(ojala en Sudafrica me tapen la boca)
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