miércoles, 14 de mayo de 2008

Manual del garque

Tengo un amigo (Mau tengo que deschavarte) que insiste en fundar una religión basada en lo sacrosanto de las tres C’s: Coger, Comer y Cagar. Según el, esas tres cosas son lo más grosso que puede realizarse en esta vida (y probablemente en cualquier vida). Esa es su sagrada trinidad. Hoy quiero enfocarme en una de estas disciplinas. CAGAR.

Cagar no es algo simple. El cagar es un placer, que nos suele suceder. Es una actividad que todos hacen, pero lo cierto es que solo unos pocos iluminados poseemos la sabiduría y los conocimientos para poder realizar esta tarea que la naturaleza nos encarga a diario (a los afortunados) de la manera correcta.

El cagar es una actividad muy antigua. Según los historiadores, los primeros en cagar fueron (como no) los chinos. Cagaban chiquito (como los conejos) pero poco (resultado de la monumental y continua ingesta de arroz, soja y vietnamitas). Sus cagadas eran en cantidad ya que como se ha comprobado, tanto teórica como empíricamente, los chinos, son banda.
Según una investigación de la Universidad de Massachussets, los antiguos sumerios habrían inventado el limpiarse el culo, con la mano o con ojas de parra mesopotámica (antes se deambulaba con la caca “a flor de piel”), los celtas habrían sido precursores al inventado la diarrea crónica producto de la cirrosis galopante que los caracterizaba, y los egipcios habrían descubierto la constipación (de allí la cara de estreñidos de los flacos en los jeroglíficos…).
En la Edad Media, cagar ya era cosa de todos los días, y alrededor del año 1098, se popularizó el deporte “Lanzamiento de Cacos”. Los participantes cagaban en un balde, y luego lo lanzaban por la ventana (los concursos eran de precisión y distancia).
Con la modernidad llegaron adelantos varios, como el papel higiénico, el inodoro y el Activia, pero eso podemos dejarlo para otro momento…

A continuación haré un pequeño análisis sobre la cagada y como debe realizarse esta actividad. No lo tomen como un manual, sino como unas observaciones y algunos consejos:

1)LUGAR

Conseguir un lugar adecuado para echarse un buen caco no es tarea fácil. Oscuros y tenebrosos antros nos acechan por toda la ciudad. Incluso a veces uno se encuentra en un remoto conglomerado de casas al que algunos se arriesgan llamando “ciudad”, donde encontrar un ñoba es más dificil que atajar un penal del Petaco Carbonari.
Obviamente el mejor lugar para cagar es la propia casa. Uno juega de local, y aunque los azulejos no te gritan “Ponga huevo que tenemo’ que ganar!” sentís una paz interna que ayuda a superar la situación. A menos que tengas una hermana como la mía. Pero no importa.
Hacerlo en el colegio es toda una odisea. Lo primero y principal es coseguir papel. He aprendido por experiencia que a las preceptoras no les agrada precisamnente que uno entre totalmente sacado a su oficina, transpirando, al grito de “necesito papel que me cago”. Pero claro, ellas/os se hacen los boludos como si no conocieran “El llamado de la Selva” (Jack London, 1903). Si lográs la proeza de conseguir el tan ansiado producto de la celulosa yorugua, podés ingresar al “salón del trono” para “coronar al rey” (soy un poeta).
De campamento o de viaje, les recomiendo evitar las letrinas… si van en grupo, son solidarios solo caguen si saben hacer bien el “helicóptero” y tienen buena puntería, porque sino van a ser puteados y con razón…

Existen sin embargo muchos excelentes lugares donde esparcir tus heces. Las estaciones de servicio son una buena ayuda. Compras un chocolate y pedís las llaves del baño y ahí si podés dedicarte a “empollar un tereso” bien tranquilo.
Sin embargo me reservo lo mejor para el final:
LOS MACDONALDS. Nada más placentero que cagar en un baño que está más limpio que el de tu casa. Además podés experimentar esa dosis de sadismo de ver como después entra el empleado a limpiar con el vaho a mierda pululando por todo el sanitario cual peste negra. Acá llega el turno de la crítica social: he entrado sin comprar nada a miles de baños de macdonalds mientras también he visto como echaban de ellos a varios linyeras o gente de escasos recuros. CACA PARA EL PUEBLO!!!



2)ENTRETENIMIENTO

“Las mujeres no leen cuando cagan” dijo un amigo. Yo no le creí. Bah, no es que no le creo, sino que no entiendía (ni entiendo la verdá) como hacen… Hay una amplia gama de lecturas para llevar al baño. Para garques livianos recomiendo un libro de chistes de “Yo Matías”. Para garques livianos pero que pueden tener una duración más de lo normal “Mafalda”. Si la cagada es complicada, la Biblia puede ayudar (salmo 21 altamente recomendable para ese tipo de situaciones). La guía de equipos del Mundial 98 tal vez sea el libro que más veces llevé para cagar, seguido de “Tu Nombre en Clave es Partuza”, y sin embargo, considero que lo mejor para leer en pleno “ritual del caco” es el Diccionario de puteadas de la Barcelona.
Notarán que casi todos los libros que mencioné son cómicos, bueno, según estudios realizados en diversos primates y panelistas televisivos, la parte del cerebro que controla el sentido del humor es la misma que controla el cagar. Esta sección se encuentra al lado de la que maneja el sentido de religiosidad y la constipación. Según ese estudio, los ateos cagan un 35% que los teístas.

Hay gente que ha alcanzó otro nivel, una especie de Nirvana de mierda. Yo fui una de ellas. Yo tenía un Game Boy. Yo experimenté lo que puede llegar “dar a luz a un sorete” y jugar al Pokemon al mismo tiempo (tal vez fue demasiada emoción para mis tiernos 11 años…), y creanme, pocas cosas son más placenteras que realizar un Hydro Pump con tu Blastoise nivel 90 y desalojar ex comida al mismo tiempo (me salió el nerd de adentro… no solo tengo mierda!). Mi viejo hacía lo suyo con un Tetris portátil de esos pedorros que comprás en la terminal. Y creo que si un día consigo una PSP o un DVD portátil, me transmuto en Goku fusionado con Olmedo y andando en motoneta (Golmeta GP… si, llevo años pensándolo).

Por último, pero no por eso menos importante, están las inscripciones en los baños públicos. Desde números que puede señalar a quien cojerte esta noche, hasta chistes pelotudos, discusiones futboleras, políticas y religiosas, e incluso el glorioso “puto el que caga” que dejé en un oscuro baño del Colegio Nacional Illia de Mar del Plata una soleada tarde de primavera.

3) EMER-GENCIAS


(dedicado a Frankie di Mauro)
Las dos peores palabras del idioma castellano: Emer Gencia.
Salgo de la facultad y me digo a mi mismo… lindo día para volverme caminando al departamento. Comienzo a patear, y a las 2 cuadras un puñal se clava en mis intestinos. Es como si todos mis órganos vitales hubieran cedido a la ley de la gravedad y se hubieran agolpado para salir por mi trasero. Es como un esguince de tobillo… solo que en la panza y trata de huir desesperadamente por mi ano. Es como si… bueh, creo que ya se entendió. Mientras analizo cada posibilidad, caigo en cuenta de que lo único que me queda es mentalizarme para atravesar las 20 cuadras más largas de mi puta vida.
Cada 2 cuadras el dolor desaparece, solo para volver con refuerzos a los 25 metros. Así durante todo el trayecto. Cuando llego, apenas logro meter la llave y subir la escalera (no puedo correr porque sino no podría estar apretando mis nalgas con la fuerza suficiente como para evitar que ese torbellino de mierda se desparrame por todo el lugar) y sentarme en el inodoro al mismo tiempo que me bajo los lienzos (toda una maniobra acrobática digna del Circo de Moscú). Es entonces cuando todo finaliza. La guerra ha terminado. Ya podemos gritar “Freedom!!!” cual William Wallace’s aliviados.


4) REGULARIDAD

Yo no soy quien para ser tomado como ejemplo (bauticé junto al Pater todos los ñobas de San Juan, Mendoza, La Rioja, Entre Ríos y la hermana República Oriental del Uruguay) pero lo de las mujeres me asombra. Una ex compañera de colegio, en un campamento de 11 días NO CAGÓ NI UNA VEZ. Perdónenme pero eso es totalmente anormal e insalubre. Además ellas se ponen como locas tomando mate, comiendo Activia, All Brans, ciruelas… yo tengo que comerme medio kilo de queso con arroz por día para no reventar el baño, la verdad que no puedo entenderlas (consejo gratis: si tu novia no te quiere entregar la cola, guarda en un frasco ese sorete tamaño familiar que dejaron el otro día y decile “ves que sos una hipócrita!?!?”).
Pero yo se por qué sucede esto. Como ya dije con anterioridad, las mujeres no leen mientras cagan. Eso no les permite alcanzar el grado de relajación y concentración necesarios para desalojar su conventillo gastrointestinal, mientras que sí piensan en cuestiones contraproducentes como “como hacerle pensar a los hombres que nos gusta coger”, “como odio a mis amigas” y “oh, no, estoy sangrando sobre la tabla del inodoro!”.
Del otro lado podemos incluir especialmente a mí ya mencionado compañero de bautismos que necesita tomarse semejante cantidad de pastillas de carbón que creo que pronto va a acabar con todas las minas de Gales.


CONCLUSIÓN

Cagar es un arte, una ciencia y un deporte. Esto apenas pudo ser una reseña de un factor tan determinante e importante de nuestras vidas. Con el tiempo prometo ampliarlo y mejorarlo. Tal vez, algún día, uno de nosotros logre la cagada perfecta, como Buda, que cagando debajo de un manzano alcanzó el Nirvana. La mejor muerte debe ser, morir hechandose un buen garque. Si. Así me quiero morir. Así o en una montaña de merluza sin cortar.

5 comentarios:

Fefo dijo...

Ante todo... podias habalr de comer y coger y elegiste CAGAR??? Maldito fecalofílico prosaico...

Entretenimiento... La revista lazer por lejos, creo qeu de la 1 a la 25 me las se practicamente de memoria. Lastima qeu se aburguesaron los muy putos y ya no la compro más.
La biblia una vez la traté de llevar pero me aburri en la parte de quien engendró a quien....

En cuanto a la regularidad, con dieguin llegamos a pensar que si llevabamos las galletitas frutigran a un boliche teniamos muchas posibilidades de que muchas minas se acerquen. Esas galletitas me han llegado a producir cagaderas casi espontaneas. Tendrían que tener un cartelito que diga que no las comas si no tenes un baño cerca....

Anónimo dijo...

Defecar.

Como frase recatada y de buen gusto, suelo decir, informando a todo el que esté presente en la sala "Voy a despedir unos amigos del interior".

Aqui mi pregunta:
Si te morís en pleno garco, sigue saliendo por inercia, o por gravedad tal vez, o se queda a mitá' e' camino' y el desgraciado que tiene que mover tu cadáver de esa humillante escena también debe encargarse de remover los restos de excremento del tracto rectal?

Davor dijo...

Vido, no viste el capítulo de South Park? Cuando te morís, estés haciendo lo que estés haciendo, TE CAGÁS. Se te afloja el intestino. Es parte del proceso de rigor mortis. Malas noticias (o buenas, para los constipados).

Si, vido, lo cierto es que los de CSI se dedican a limpiar mierda el 90% de su tiempo...

Anónimo dijo...

creo que cagar es psicologico, a los constipados les cuesta por temor a dejar ir algo que ya consideran parte de si mismos, ojo, no lo digo yo, lo dicen los expertos.
Ellos no necesitan activia, no señor, leyendo se soluciona todo, es liberar la mente y chau mierda. Let it be, de eso se trata todo, no tiene ciencia, bah, por lo menos para mi.
Lo malo es cuando no se tiene nada a mano para leer y se termina leyendo los componentes del sedal o del dentifrico.

Anónimo dijo...

jaja, que gratos recuerdos, cuantos baños limpios y bonitos que conocimos, lastima que luego de un par de aflojadas de esfinter dejaron de ser limpios, bonitos y ... funcionales, (al menos los que yo usaba tardaban en desagotar unos cuantos minutos, no por la dureza de las heces sino por la cantidad), bueno, me gusta que me recuerdes por algo tan lindo.