viernes, 30 de mayo de 2008

Tenía ganas de subir algo de uno de los mejores novelistas de todos los tiempos: Allan Moore. Gózenlo.

“A lo mejor, como dijo él, sale algo bueno de todo esto.”
“A lo mejor surge algo bueno”
Cuando estás de luto, extraños amables y pesados te toman del brazo para consolarte y te dicen que el mundo sigue girando.
Y tienen toda la razón.
Por mucho que reces para que pare. El mundo gira y se derrama granadina por el horizonte, arroja barras de oro por mi ventana y me despierto, me siento feliz durante tres segundos y entonces recuerdo…
El mundo gira, y tira a la gente de la cama. Una avalancha de hombrecitos y mujercitas que van dando volteretas por la vida, caen en sus coches, en sus oficinas. Intentan imaginarse qué les espera allí abajo.
A veces el mundo gira y nos lanza a unos a los brazos de otros. Nos agarramos bien fuerte, nerviosos, entre risas, extraños unidos en una atracción de feria. Intoxicados por los movimientos olvidamos los riesgos.
Y entonces el mundo gira.
Y alguien se cae…
Y la caída es muy larga.
Paralizados por el susto, nos quedamos quietos. Miramos como esa persona se va alejando y se hace más pequeño, retrocediendo en nuestros recuerdos hasta que se pierde de vista. Nos reunimos en cementerios, tensos y callados como si fueramos a oír el impacto, el caer de un guijarro que se tira en un pozo oscuro para medir su profundidad. Para medir hasta donde tenemos que caer.
No hay impacto. El momento pasa. El mundo sigue dando vueltas y nosotros nos damos vuelta y volvemos a nuestras vidas. Nos envolvemos en la comodidad de las banalidades para protegernos del frío.
“El tiempo lo cura todo”
“Al menos fue rápido”
“El mundo sigue girando”

Mi Alec… Alec ha muerto