jueves, 10 de julio de 2008

Batman Vuelve, Perón y yo también (Parte I)


Los que me conocen sabrán que soy un asiduo lector de historietas. Sin embargo, nunca me gustaron los comics de superhéroes. Incluso nunca me gustaron mucho los dibujos animados de superhéroes. Los veía, claro, de chico tenía pilas de tiempo libre. Pero hoy por hoy no me clavaría una serie sobre Aquaman ni que mi vida dependa de ello. Por eso, no es extraño que desde siempre yo haya sido fanático de Batman. Si, Batman. El millonario pedófilo con fetiches de murciélago. Algún problema?

Y siempre quise ser Batman también. No, nunca me quise coger a Robin, pero creo que todos alguna vez quisimos ser Batman. Y es que en esa fábula de la venganza propia disfrazada de justicia podemos entrar todos. La venganza termina confundiéndose con aquella justicia, y aquí empezamos a entrever a los primeros derivados de la escuela Batman. V, el terrorista de la obra maestra de Alan Moore, “V de Venganza”, aunque uno no pueda decir que está basado en Batman, si encuentra reminiscencias de el mismo, así como encontramos influencias del ya mítico “Zorro” en el hombre murciélago. Justicia, venganza, acción personal, el poder de tener en nuestras manos la posibilidad de hacer justicia. Eso es lo seductor del enmascarado.
Y aquí llego al quid del asunto. Si lo vemos crudamente, Batman es un hombre que, por culpa de una tragedia personal, decide salir a la calle a hacer justicia por mano propia.

Hasta Blumberg se ruborizaría de escuchar (o leer en este caso) algo así.

Frank Miller ubica en su cómic “The Return of the Dark Knight” unas pequeñas escenas de un debate televisivo en el que se enfrentan dos visiones sobre el Batman:
Según una de las posiciones, Batman es un fascista que ve y juzga el crimen desde su propia óptica, que surge del destruir absolutamente todos los parámetros necesarios para la convivencia en una sociedad, que se pone al mismo nivel que los propios criminales, promoviendo así la violencia (cosa que es cierta si tenemos en cuenta que no existían “supervillanos” antes de la aparición del enmascarado en Gotham).
La otra posición argumenta que Batman es aquel que nos protege, que está destinado a salvarnos, es el hombre común sobreponiéndose a todas las restricciones que la sociedad le impone, y que en su magnánimidad decide salvarnos, el superhombre del que habla Nietzsche, para resumir.

Y es que ambas posiciones se equivocan.

Miller termina dando una de las mejores interpretaciones sobre el hombre murciélago, haciéndolo aliarse con lo peor de la delincuencia juvenil de Ciudad Gótica, porque en palabras del autor (que son las palabras del Murciélago) “Bruno Díaz ha muerto. El Caballero Oscuro vive. Y ahora sabe que existen cosas peores en el mundo que la delincuencia”. Y así Miller nos muestra un Batman que acaba oculto, presto para combatir contra Superman, quien es representado como un mercenario del gobierno estadounidense. Miller nos da una potente interpretación de cómo la sociedad debe entender que no deben ser dominados por el miedo, porque así acaban siendo controlados por aquellos quienes prometen salvaciones. Con Miller, Batman da un paso al costado y se inserta a si mismo como un igual dentro de la lucha contra aquel Leviatán hobbesiano que tiene a Superman como su brazo derecho.

Es una gran interpretación, y es una razón por la que se puede considerar a Frank Miller un genio.

(continuará…)

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Vuelvo más tarde y comento, pero mientras tanto te dejo una imagen:

http://i35.tinypic.com/10dzhix.jpg

Davor dijo...

Vido, gazillones de gracias!!!

Anónimo dijo...

Yo siempre fui del hombre araña. El bueno, el que era piola y vengativo, no del pelotudo adolescente que perpetraron en el vómito de trilogía que el grosso de Stan Lee avaló sin vergüeza alguna.

Con batman me pasa lo mismo. No leí comics de batman y me banqué bastante bien las dos primeras peliculas con m.keaton. Lo que vino después fue abominable.

En cuanto a la personalidad, ética y/o perfil que Miller le otroga al personaje, se puede decir que cada uno interpreta y re-interpreta una obra(para mi cualquier comic es una obra) como le sale de los huevos. A mi Batman o Superman me parecen demasiado parecidos por ser tan antagónicos. Pero si tengo que elgir me quedo mil veces con la oscuridad de Batman antes del asqueroso american way del hombre de acero.

Davor dijo...

JJJJ Creo que es redundante aclarar que en este bloc bancamos a la historieta como el 9no arte...