No me puedo dormir, ¿ y qué?

Que onda amigos? Vuelvo después de no tanto tiempo. Decidi escribir sobre algo que siempre me llamó la atención, principalmente por lo seguido que me pasa. Cuando no me puedo dormir, me refiero a esas noches en las que estoy como minimo tres horas dando vueltas en la cama, noto que por mi capocha transitan una inmensa cantidad de pensamientos, de diversas indoles, con sentidos contrariados, situaciones deformadas, conversaciones inventadas, planteamientos bizarros, y un montón de otras cosas, que si bien me perturban porque no me dejan dormir, despiertan en mi cierto interes, por el simple hecho de que en ese momento, todo suena esplendido y armonioso, pero cuando me despierto al dia siguiente y recuerdo todo lo que pense, me rescato y me doy cuenta que fueron un compendio de delirios inaplicables a la cotidianeidad. Los dejo con el articulo, hasta la proxima!


Que curiosas aquellas noches de desvelo, en las que el deporte practicado es la acrobacia sobre colchón. Volteretas buscando la posición en la que puedas decir, “así estoy bárbaro, en cinco minutos me dormí”. Y resulta que a los cinco minutos, lapso para el cual ya deberías estar dormido, volvés a practicar los giros y las piruetas buscando una nueva posición. La primera media hora digamos, estás así, creyendo que la solución es la postura que adoptes en la cama, pero después de pasar por infinitas posiciones te das cuenta que no se trata de eso, que en realidad, la procesión va por dentro. En el momento que te diste cuenta de esto estas sonado. A partir de ahí, abriste la puerta al divague mental, una serie de pensamientos en los que relacionas realidad con ficción, y un sinfín de situaciones entre bizarras y tétricas.

Me ha pasado, en más de una oportunidad, recorrer situaciones pasadas de mi vida, y recrearlas cambiando algunas intervenciones mías. Es un proceso mental fascinante, créanme, de pronto estas imaginándote que hubiese pasado si decía, hacia, escribía tal cosa... A partir de ahí comienza un libre albedrío por tu psique que es tan amplio, que cuando lo ves en retrospectiva, no podes creer la cantidad de relaciones extrañas que enlazaste en tan poco tiempo. Pasando de héroe a villano y componiendo las historias más increíbles, viendo como tu imaginación va perdiendo sus limites, y te empezás a sentir intrigado, pero también desesperado, porque a veces todo eso inquieta. Otras veces, simplemente afloran recuerdos inofensivos, y nos encargamos de deformarlos un poco para que luzcan más interesantes.

Una de las situaciones más llamativas es cuando todavía estas fresco, y replanteándote cosas que te sucedieron recientemente, por ejemplo, esa conversación en la que te quedaste sin palabras, o elegiste las desacertadas, bueno, cuando estas en el sobre de repente tenés LA RESPUESTA, era tan obvia, tan evidente, y vos en el momento, no lo viste, se te paso. No es tu culpa, no se que es lo que pasa cuando nos acostamos y no podemos dormir, solo se que el mate carbura distinto. Por lo menos a mi me pasa, de pronto me encuentro con razonamientos delirantes, pero que en ese momento tienen todo el sentido, son respuestas fascinantes a problemas aburridos.

Nunca falta la etapa en la que nos proponemos determinados objetivos, sea horas necesarias de estudio, confrontar a alguien, etc. En el caso de la confrontación planeamos absolutamente todo el discurso, y no solo el nuestro, sino que también ponemos sobre la mesa la respuesta del otro. Si, ya sabes que te va a responder, y ahora escrito así suena bastante estúpido, pero repito, en ese momento tiene sentido. Lo peor de todo es que después, al día siguiente, en la realidad real, las cosas nunca pero nunca se dan como las habías planeado, toda esa meticulosidad puesta sobre una idea se desbarranca por varios motivos, pero principalmente porque estas en un mundo distinto, y las respuestas en uno son distintas a las del otro, y en este nuevo contexto, tu plan ya no te resuena como brillante, tu discurso es irregular, ofensivo, estúpido, delirado, o lo que sea, la cuestión es que no va. El tema de las horas de estudio es genial, si alguna vez llego a cumplir mis objetivos de estudio que me planteo en esas noches de insomnio, me declaro mentalmente afectado, porque son metas realmente delirantes, y una vez más me demuestran que estamos en otra sintonía cuando no nos podemos dormir.

En fin, espero que esto le pase a varios, sino realmente voy a poner en duda mi salud mental, porque a mi me pasa, cada vez que no me puedo dormir mi mente es un divague absoluto, y en ese océano turbulento de ideas reales e incoherentes, cada tanto aflora una desesperación rotunda, porque realmente, por más interesante que sea todo ese proceso, lo único que querés es quedarte dormido, y dejar los delirios para los sueños.

Dulces sueños para todos!
Leonel